Malala Yousafzai recibe en Irlanda el Premio de la Paz Internacional Tipperary
El caso de Malala Yousafzai que en octubre de 2012 recibió un disparo en la cabeza tras salir de la escuela, agitó muchas conciencias dentro y fuera de Pakistán. La joven vive ahora junto a su familia en el Reino Unido, donde fue tratada de sus heridas y desde donde prosigue su lucha.
El centro escogido está en el valle de Swat, la tierra donde creció Malala.
El dinero se ha conseguido gracias a la ayuda prestada por la actriz Angelina Jolie, embajadora de buena voluntad de la ONU, la Fundación Mujeres en el mundo y la ONG Vital Voices.
“La gente me conoce como la niña que fue disparada por los talibanes, pero quiero que me conozcan por ser la niña que lucha por los derechos de todos los niños y niñas, por su derecho a la educación y por su derecho a la igualdad”.
martes 9 de octubre del 2012
“Quién es Malala? Respondan o los mato a todos’’, gritó el talibán al subir al destartalado transporte donde viajaban los escolares. “Yo soy Malala’’, respondió la niña. y sin mediar más palabras el criminal disparó contra ella, alojándole una bala en su cerebro.
Malala Yousafzai, la abnegada estudiante paquistaní atacada cobardemente un martes 9 de octubre del 2012, quiere contar su historia. Los esfuerzos para intentar silenciarla fallaron, los extremistas llegaron a pensar que con el ataque ella desistiría de su actitud y suspendería sus ambiciones, pero nada ha cambiado, por el contrario, el atentado le dio más fuerza y disipó el miedo.
Este otoño sus memorias saldrán a la luz bajo el título Yo soy Malala. Con la edición del libro ella quiere dar a conocer las dificultades que tienen para educarse 61 millones de niños en el mundo entero. Su valiente postura la ha convertido en abanderada de una protesta pacífica por el derecho que tiene la niñez a la educación. Como un merecido homenaje Naciones Unidas dedicó el 12 de Julio, fecha de su nacimiento, como “Día de Malala” y utilizarán el eslogan “Yo soy Malala” en una campaña de alfabetización a nivel mundial.
En el sensible discurso pronunciado en la sede internacional se refirió a la paz, la educación y la igualdad como derechos humanos inalienables.
Para Malala la educación es la respuesta, bien sabe esta criatura tolerante que un libro y una pluma, en las manos de un niño y un maestro, son las armas que se requieren para cambiar al mundo.
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