Cuando observas desde una perspectiva más alta, las cosas que suceden en tu vida siempre son positivas. Pero aún estás observando desde la mente. Hay comprensión y sabiduría, pero aún estás en la mente.
Desde la mente, en una perspectiva más baja, vemos el "mal", lo negativo.
Hay bien y mal, gusto y disgusto, amor y odio... todo es dualidad.
Sin embargo, la aceptación de lo que es, te libera inmediatamente del dominio de tu mente y así te vuelves a conectar con el Ser.
Y es en el Ser cuando no existe ni "bien" ni "mal", no hay juicios, simplemente todo es.
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