Básicamente, la mente siempre está buscando posibles conflictos potenciales.
El presente es un disparador que hace que mi mente se vaya al pasado, compare esta situación con todas las situaciones similares que tuve en el pasado y haga una suposición de cómo esto se puede llegar a resolver en el futuro. Y en base a éso, actúe.
La mayoría de nosotros hacemos esto mil veces y no nos damos cuenta, no somos conscientes.
Los grandes maestros dicen que nunca estamos viendo lo que verdaderamente está ocurriendo en el presente, sino que estamos interpretando lo que está ocurriendo en función de nuestro pasado. Interpretamos lo que estamos viviendo ahora en función de lo que habíamos experimentado en el pasado y por tanto, reaccionamos de manera condicionada por nuestro pasado.
Una emoción nace a partir de un pensamiento. Los pensamientos son los que desencadenan las emociones de enojo, ira, miedo, tristeza, etc., en función de nuestro pasado. Aparece un pensamiento, lo comparo con lo que he vivido en el pasado y luego reacciono en función de aquello que he experimentado y aprendido en el pasado. Esto se llama reacción, porque es una acción que viene de un condicionamiento mental del pasado.
A medida que los estímulos se vayan repitiendo, en lugar de accionar, lo que haremos será reaccionar.
La mayoría de los adultos vivimos en piloto automático, donde básicamente somos un samskara.
Los samskaras son un conglomerado de las acciones que hemos realizado a lo largo de las eras. Son las diversas impresiones que se han reunido en la mente subconsciente. Nos volvemos reproductores de samskaras. Nos pasamos reproduciendo cosas de nuestro pasado. Viene un estímulo y sale la respuesta (reacción) en función de nuestro condicionamiento, de aquello que hemos vivido en nuestro pasado.
Somos reproductores del patrón subconsciente del colectivo. Y entonces, ¿dónde está nuestro libre albedrío?
Mientras yo sea un reproductor de samskaras, no tengo libre albedrío y por tanto, tendré una vida con mucho sufrimiento.
Cuando vivimos identificados en que somos alguien (un personaje. Yo soy + adjetivo),somos presos de nuestros samskaras. Repetimos ciertas conductas y vivimos parte de nuestro día en piloto automático. Esto es la inconsciencia y es una esclavitud, porque no podemos ser dueños de nosotros mismos, estamos totalmente atrapados en las garras de la mente.
Los samskaras van a estar reproduciéndose a sí mismos por el diálogo interior. El diálogo interior de la mente que habla sin parar, me está reforzando los samskaras todo el día.
Una de las claves para activar la consciencia es suspender el diálogo interior de la mente. Y esto se hace a través de la misma observación de la mente: meditación o auto-indagación.
Cuando practicamos meditación, logramos que haya más espacio entre lo que soy y el pensamiento, por tanto, ya no quedamos atrapados en las garras de la mente. Podremos empezar a decidir quién manda; manda mi mente, mi samskara o mando Yo. Tendremos libre albedrío.
Entonces, ante una emoción como por ejemplo el enojo, yo puedo sentirme muy enojado por algo, podré controlar cómo reacciono ante mi enojo. Y no reaccionaré dañando a los que están a mi alrededor. Yo puedo elegir si quiero manifestar, crear mi enojo en el mundo o no. Y ahí está mi poder personal. Ahí está mi libre albedrío.
Ya no reaccionaré de manera impulsiva ante una situación, porque habré desarrollado la capacidad de poder observar con desapego, habrá espacio entre lo que soy y el estímulo, ya no estaré atado a dicho estímulo ni condicionado por mi pasado. Por tanto, podré usar el discernimiento y el libre albedrío.
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