es decidir que el dolor no te domina más.
Quien perdona no liberta al otro, se liberta!
Dios te llama para esa ligereza que trae el perdón.
Vivir con rencor es como cargar una maleta pesada todos los días.
Tú sigues, pero cansado...
Dios quiere sacarte ese peso, solo precisas soltar.
El perdón no cambia el pasado, pero cura el presente.
Cuando decides perdonar, algo cambia dentro de ti,
es ahí que el Espíritu Santo trabaja.
El perdón es el inicio de la cura,
y la cura es el inicio de la paz.

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