jueves, 22 de septiembre de 2016

HÁBLALE A TUS CÉLULAS - Poesía




Si acaso mi amigo tu salud flaquea,

háblale a tus células con honda emoción,

pídeles que cumplan bien con su tarea

y que restablezcan su óptima función.


Dirígete a ellas de forma serena

y con la inflexión que mejor te cuadre

con el tono dulce de una madre buena,

o con la firmeza con la que habla un padre.


Pero siempre hazlo de manera suave

como si le hablaras al ser mas querido.

Porque en el amor reside la clave,

para que el mensaje sea correspondido.


y diles las frases que surjan de adentro,

las que más te nazcan desde el corazón.

“Vuelvan mis amadas a su justo centro,

recobren ya mismo su alta perfección,

restauren ahora la exacta plantilla

de nuestro perfecto diseño inicial.

Recuperen niñas la luz que mas brilla,

la de vuestra impronta completa y cabal.


Las amo pequeñas y les agradezco,

que aquí en este instante reciban mi amor

y que restablezcan lo que me merezco,

que mi ser recobre todo su esplendor.”


Cuando tú sostienes con suave insistencia

ese sentimiento de alta apreciación,

creas un efecto llamado coherencia

en el magnetismo de tu corazón.


Y como ese campo se halla conectado

con el vibratorio campo universal,

nos responde siempre si le hemos hablado

con su propio idioma, el “emocional”.


Ellas de ese modo captan tu mensaje,

perciben la carga que lleva tu acento

y vibran felices al darle hospedaje

al amor que envías con tu pensamiento.


Y así agradecidas de que al fin les hables

con tanta ternura,con tanta atención

responden veloces a tu trato amable

apurando el curso de tu curación.


Háblales amigo con genuino afecto

y mientras les hablas siéntete sanado,

saludable,fuerte,vital y perfecto,

con tu cuerpo entero todo iluminado.


Haz que ese cariño se torne ostensible,

haz que lo transmita tu tono de voz

y te darás cuenta que no hay imposibles

para aquel que asume que es parte de Dios.


Jorge Oyhanarte.






miércoles, 21 de septiembre de 2016

EL ECO DE LA VIDA- Poesía



¿Lanzas dardos…?:, ¡vuelven dardos!
¿Das afecto…?: ¡vuelve afecto!
¿Brindas cardos…?, ¡vuelven cardos!.
¿Das aprecio…?, ¡vuelve aprecio!

Si presionas, te presionan…,
si empoderas, te empoderan…
si perdonas, te perdonan…,
si condenas, te condenan…

¡Es el eco de la Vida…,
tu vibración que rebota!:
siempre vuelve lo que envías
como el vapor vuelve en gotas…

El mundo, aunque no lo quieras,
es una Sala de Espejos,
y lo que encuentras afuera
solamente es tu reflejo.

Son los modos de la Vida,
su manera de enseñar
que a lo que tú das salida,
eso es lo que vas a hallar.

Si acaso lo que percibes
no te agrada que sea así…,
piensa que lo que recibes,
¡primero salió de ti…!

¡Cámbiate tú antes que nadie!:
que la calma en ti despunte,
que tu alegría se irradie,
que tu bondad se trasunte…

Que tu mirada refleje 
tu pureza de Intención,
-esa que sólo se teje
con la luz del corazón-.

Y si es tu palabra, amable,
y tu hombro, un dulce hueco,
y tu actitud, amigable…
¡así también será el eco…!


Jorge Oyhanarte





UN DÍA APRENDÍ - Poesía



Un día aprendí…
que no hace falta ser el genio de la clase…

Un día aprendí…
que lo que importa es lo de adentro y no el envase…

Aprendí…
que la belleza ya se encuentra en la mirada…,
y que los ojos sin amor no miran nada…,
y que por algo es que viví lo que viví…

Un día aprendí…
que hay bendiciones escondidas en los dramas…

Un día aprendí…
que no es posible dar amor si no te amas…

Aprendí…
que no se puede tener paz si no perdonas…,
que es estupendo enaltecer a las personas…,
y que marchamos de la mano por aquí…

Y además aprendí…
que una Canción hecha de Luz susurra en ti…

Un día aprendí…
que sonreír puede más que una cara seria…

Un día aprendí…
que la Conciencia es quien domina a la materia…

Aprendí…,
que elijo yo, o caminar… o andar volando…
que puedo dar…, y dar y dar…, y seguir dando…
y que la Vida me retorna lo que di…

Y además aprendí…
que la Luz que tanto busqué… se hallaba en mí…


Jorge Oyhanarte




LA FRECUENCIA DEL BIEN - Poesía



El “bien” es una frecuencia,
una onda vibratoria,
y sintonizas con ella…,
o sintonizas con otra.

Si tu actitud interior
es moverte hacia ese estado,
el cambio que en ti se opera
es grandioso…, y de inmediato.

Porque es tu propia energía
lo que la Vida refleja:
¡sólo es la huella de ti
lo que contemplas “afuera”!

Con ese conocimiento
consigues mucho mejor,
cultivar adentro tuyo
la frecuencia del amor.

Y entonces, ya no lo objetas
al constante criticón:
sabes que te está “leyendo”
de acuerdo a su vibración.

Y así, su murmuración,
nunca será “tu problema”:
¡es un problema de él,
y de la energía que lleva!

Simplemente le sonríes…,
porque su maledicencia
no tiene “de qué agarrarse”
con tu cambio de conciencia.

Y al saber “de qué se trata”,
puedes darle por respuesta
ayuda, bondad, afecto,
amparo y benevolencia.

¡“No juzgar”!, es tu consigna,
porque no conoces nada
de lo que al otro lo lleva
a la acción equivocada.

Y así se reconfigura
de una forma definida
y de una bella manera,
tu modo de ir por la vida.

Ya no vas serio: sonríes…
ya no más hosco: gentil…,
fraterno en vez de egoísta,
y agradable en vez de hostil.

Has elevado tu forma
de andar vibratoriamente,
y como “lo diferente”,
atrae “lo diferente”,

el Universo lo siente,
y hace fluir hacia ti,
la ayuda que necesites
en tu paso por aquí.

¡Porque todo cambia “afuera”,
(y adentro tuyo también),
cuando vibras, compañero,
en la frecuencia del bien…!


Jorge Oyhanarte





ESTOY UNIDO A MI MENTE DIVINA - Poesía



Estoy unido a mi Mente Divina,
y ella me cambia tanto la mirada,
que en vez de ver en el otro su inquina,
sólo veo su Esencia Sagrada.

Y en mi el Amor “sin condiciones” crece,
y sólo quiero compartir mi paz:
ya no pienso si el otro “lo merece”…
y el “cómo me trató”… ¡no importa más!.

Estoy unido a mi Mente Divina,
y sólo tengo pensamientos puros…,
¡que cuando la conciencia es cristalina,
ya no hay más sitio para los oscuros!.

Por eso a todo doy la bienvenida,
-incluso a aquello que parece denso-
porque sé bien que en realidad mi vida
es un espejo de lo que yo pienso.

Estoy unido a mi Mente Divina,
y vivo en la alegría del instante,
y amarlo todo es lo que me ilumina
con un brillo de oro y de diamante…

Y porque soy Espíritu infinito
teniendo una experiencia como humano,
dejo que en mí se exprese Lo Bendito,
aún en el medio del trajín mundano…

Estoy unido a mi mente Divina,
y es tan inmenso el gozo de mi alma,
que el cielo cabe en una golondrina…,
y el Universo entero entre mis palmas…

Y si una piedra entrara en mi zapato
causándome un atisbo de neblina,
recuerdo en ese instante de inmediato
¡que estoy unido a mi Mente Divina!


Jorge Oyhanarte




domingo, 18 de septiembre de 2016

viernes, 9 de septiembre de 2016

Las 5 enseñanzas de El Principito que debes conocer



El Principito es una de las obras literarias más importantes y reconocidas del mundo, no solo porque logra llegar a niños sino que también es apreciada por los adultos. En primer lugar, más por la forma que por el fondo, en el cual el autor transmite enseñanzas sobre los valores y el amor.

Lo cierto es que Antoine de Saint-Exupéry creó una obra maestra, una de las más leídas de todos los tiempos. Con una narración sencilla, franca y digerible para todos los gustos, que aporta con un grado de reflexión aunado a la inocencia, que muestra el sentido más profundo de la vida. El sentido de cada moraleja o enseñanza que deja en lo más profundo con sus acciones y su forma de ver el mundo en que habita, puede variar según el momento de la vida que esté enfrentando el lector.

Sin embargo, el amor, el respeto, las relaciones personales como la amistad y el amor, la pérdida y la soledad, son temas a los que se enfrenta quien lee esta maravillosa obra. El principito permite a conocer el ser interior, en como mediante pequeñas acciones se puede cambiar el mundo, pero mejor aún cómo ser mejores personas, con uno mismo y con quienes te rodean.
Estas son las 5 enseñanzas que deja El Principito.


El libro permite observar, explorar y conocer el punto de vista desde la mirada de un niño, con la inocencia que parece perderse con los años.



1. “Lo esencial es invisible para los ojos”

Muchas veces lo realmente importante no es lo que se ve a primera vista, no es lo material o las apariencias lo que tiene valor, sino lo que se lleva por dentro como los sentimientos, la amistad, el amor y el apoyo. Es en sí, una invitación a conocer la esencia de las personas más allá de la fachada, eliminando los prejuicios que contaminan al mundo.


2. “Se debe pedir a cada cual, lo que está a su alcance realizar”

Es importante tener en cuenta que las exigencias que se tiene con respecto a otro también condicionan las propias, es decir, no se puede pedir algo a otro si uno mismo no estaría dispuesto a hacerlo por alguien más. Es como dar y recibir en su justa medida, pero siendo conscientes de lo que se es capaz de hacer y lo que no.



3. La dependencia

“Pero si tú me domesticas, entonces tendremos necesidad el uno del otro. Para mí, tú serás único en el mundo. Para ti, yo seré único en el mundo”

Se refiere a la dependencia y lo fácil que es caer en ella, sea en una relación amorosa, fraternal entre otras. Es vital mantenerse como individuo, sin dejar de un lado al otro pero siempre guardando sus reservas para no perderse y fundirse en uno solo.


4. “Fue el tiempo que pasaste con tu rosa lo que la hizo importante”

Muchas veces, el valor de las cosas no es precisamente el precio que se paga por ellas, al contrario, es el tiempo que invertiste para conseguirla y cuidarla. No es la belleza de la rosa lo que la hizo única y especial sino lo que ella le hizo sentir durante ese tiempo.



5. “Mantén la ilusión y la inocencia a pesar de las malas experiencias”

Muchas veces las personas terminan rotas, heridas, hechas pedazos, sin deseos de volver a enfrentar unas situación similar y sin fe en los demás, pues creen que ocurrirá lo mismo que antes, sin embargo, El Principito invita a seguir adelante, a aprender de los obstáculos y las malas experiencias y no rendirse hasta alcanzar un sueño, pero lo más importante es que no debemos permitir que nuestra inocencia se pierda, debemos luchar por mantener el niño que llevamos adentro libre y no cubrirlo con máscaras ni encarcelarlo en nuestro interior para protegernos.