LA GLÁNDULA PINEAL

La pineal probablemente es la glándula más subestimada del mundo moderno, no lo era en el mundo antiguo, donde tradicionalmente se simbolizaba con forma de “pino” por su forma real, de ahí su nombre.

Podemos ver referencias de la glándula pineal alrededor del mundo en las tablas sumerias, India, Egipto, Grecia y hasta en el Vaticano.

Hay una relación directa entre la glándula pineal y el llamado “Tercer Ojo” o Ajna chacra. El tercer ojo es el ojo que “ve en el interior”, responsable de las imágenes en la mente, la imaginación, los sueños, etc. La glándula pineal es la manifestación física correspondiente a estas cualidades de la consciencia. El tercer ojo es llamado por los Egipcios “Ojo de Horus.” Y si vemos la pupila del ojo de horus en el cerebro corresponde a donde está ubicada la glándula pineal.

Desde el punto de vista físico, esta glándula segrega encimas como la serotonina y la melatonina, así como también el DMT (dimetiltriptamina)  también llamada la "molécula espiritual". 

La serotonina juega un papel importante en la inhibición de la ira, agresión, nauseas, mal humor, el sueño, sexualidad y el apetito; el desbalance de la serotonina está muy relacionado con la depresión y los antidepresivos se encargan de regular los niveles de serotonina. Ella también se asocia mucho con la glándula pituitaria que es la encargada de la segregación de endorfinas (las endorfinas juegan un papel primordial en el proceso creativo). La melatonina es una hormona altamente antioxidante, la falta de la misma está relacionada con cáncer y otros problemas de salud, y el desbalance de la misma también se asocia con la depresión. El DMT, la “molécula espiritual”, se produce en la glándula pineal principalmente en el nacimiento, en la muerte, en meditación profunda y en los viajes astrales.

El efecto de letargo que causa el fluoruro se debe principalmente a su forma de actuar en el cuerpo, principalmente en la glándula pineal; que es la glándula donde se produce la mayor acumulación de flúor en el cuerpo. El fluoruro de sodio o fluoruro de potasio no son moléculas estables, el fluoruro busca una estabilidad mayor con el calcio. Así que al confundirla con otros elementos, la glándula pineal absorbe el flúor, el cual en su lugar se enlaza con el calcio; provocando así la “calsificación de la glándula pineal.” 

 Está comprobado que la acumulación de calcio en la glándula pineal es directamente proporcional a la acumulación de flúor en la misma, en la forma de fluoruro de calcio.

Con la glándula pineal calcificada, se inhibe la producción de serotonina, melatonina y DMT. Esto produce un efecto devastador en el ánimo y en la salud física y mental del ser humano, su proceso creativo se inhibe e incluso baja su coeficiente intelectual; además de aumentar el índice de conformidad con el “status quo”.

Pero el complejo militar industrial, en la forma de los medios de comunicación y la industria farmacéutica nos hace creer que el flúor es bueno para los dientes y que la calcificación de la glándula pineal es un proceso natural que se da con la edad. Ninguna de esas dos afirmaciones es cierta, la verdad es que el flúor no ayuda a la salud dental, es un veneno para todo ser viviente, y la calcificación de la glándula pineal no es un proceso natural. La promoción del flúor para consumo humano es un método siniestro de control de las masas descubierto por los Nazis en Alemania de 1940; utilizado ahora por los que están en el poder, que por cierto no son muy diferentes.